El café americano es una bebida básica y cotidiana en todo el mundo. Se trata de una versión diluida del espresso, con una mayor proporción de agua y un sabor más suave y menos concentrado.
Historia del café americano
Sus orígenes que se remontan a la Segunda Guerra Mundial. Según la leyenda, tiene sus raíces en los tropas americanas destacadas en Italia durante ese tiempo. Los soldados querían un café más ligero y suave que el típico espresso o ristretto que se servía en Italia, por lo que diluyeron el café con agua. Esto hizo que el café fuera más digerible para ellos, y los baristas italianos lo llamaron «Americano» como una burla.
El café americano se hace con una cafetera y un filtro, un sistema inventado por la empresaria alemana Melitta Bentz. Se sirve mucho más largo que el café europeo, que se diluye con mucha agua. También es conocido como «guayoyo» o «café aguarapa’o» en Venezuela.
Preparación
La preparación es muy sencilla y solo requiere de dos ingredientes: agua caliente y café molido.
Se comienza por calentar el agua hasta que alcance la temperatura adecuada para el café. Luego, se coloca el café molido en una cafetera espresso y se añade el agua caliente. El resultado es un café diluido con un sabor suave y menos concentrado que el espresso.
El café a utilizar debe estar entre 7 y 8 gramos por 100 ml de agua, y hay varios métodos para prepararlo: con una máquina de café por goteo, un Chemex, o usando una máquina de espresso. Es muy importante usar la molienda adecuada para estas máquinas, ya que usar una molienda demasiado fina resultará en un café demasiado amargo, mientras que usar una molienda demasiado gruesa dará como resultado un café mal extraído, perdiendo el aroma del café.
Variaciones
Aunque la preparación básica es muy sencilla, existen muchas variaciones de esta bebida. Algunas de las variaciones más populares incluyen el café americano con leche, el café americano con nata y el café americano con chocolate.
Saboreando el café americano
Es una bebida perfecta para cualquier momento del día. Es ideal para aquellos que buscan un café más suave y menos concentrado que el espresso, pero con el mismo sabor y aroma.
Además, es una bebida muy versátil que se puede disfrutar tanto solo como con leche o crema, y se puede personalizar con diferentes endulzantes y especias para adaptarse a tus preferencias personales.
En resumen, es una bebida básica y cotidiana en todo el mundo, con una historia rica y una preparación sencilla. Si aún no lo has probado, te animamos a que lo hagas y descubras por qué es tan popular.
Hay muchas formas de preparar el café, aquí te mostramos algunas de ellas.
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